A mi familia le digo que soy abogado pero realmente estoy entrenando para ser golfista profesional.
Hoy soy abogado en la firma AIDAMAR ABOGADOS Y ASESORES TRIBUTARIOS, por cosas del destino y de una horrible caravana en la autopista del norte de Tenerife.
El dinero invertido por mis padres ayudó a licenciarme en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela hace algo más de 15 años (en cifras redondas)
Soy postgrado universitario en varias cosas -que no creo que sean muy útiles- pero tengo sus diplomas:
- Postgrado de Derecho de Consumo por la USC,
- Postgrado como Mediador Civil y Mercantil por San Pablo CEU
- Postgrado en Derecho Concursal también por la San Pablo CEU.
- Postgrado por la fundación Incyde de las Cámaras de Comercio en su Programa superior de gestión de la empresa familiar
- Cursos de Doctorado del programa Sistema Tributario Europeo en la USC, certificado ISO 9001 en la USC,
Ahora estoy metido otra excentricidad y estoy cursando el Master en Tributación y Asesoría Fiscal del CEF, a través de la Udima. Si los profes me lo permiten espero aprobarlo, aunque sea raspado en febrero de 2020.
Fui Director Académico del I Programa Superior de Compliance de Canarias en la Escuela de Negocios de las Islas Canarias (ENIC) y me incluyeron como profesor en el Programa Superior de Gestión de Centros Médicos y Clínicas en la II Edición impartido en Escuela de Negocios de las Islas Canarias (ENIC)
Al juez de lo mercantil le digo que soy Administrador Concursal desde el año 2010.
Soy asesor jurídico de numerosas sociedades mercantiles entre las que destaca su labor de Director de la Asesoría Jurídica del Grupo Vida, en Tenerife, Grupo dedicado a la actividad sanitaria. Ha sido asesor externo de numerosas administraciones públicas entre las que destacan el Cabildo Insular de Tenerife.
También fui Secretario de algún que otro Consejo de Administración hasta que se cansaron de mi.
Fui Vocal de la Asociación Insular de Desarrollo Rural de la Isla de Tenerife (AIDER TF)
Fui Vocal de la Junta Directiva de la Federación Canaria de Desarrollo Rural a propuesta del AIDER TF
Fui Vocal de la Junta Directiva del Círculo de Iniciativas Rurales y Turísticas de Tenerife
Fui Asesor externo del Consejo Insular Agrario de Tenerife, órgano consultivo del Cabildo Insular de Tenerife a propuesta de la Unión de Pequeños Agricultores de Canarias.Fui Miembro del comité técnico de valoración de las candidaturas de los “Premios Agrojoven”, dentro de la convocatorias del concurso de proyectos empresariales 2011 del Cabildo Insular de Tenerife
Fui Vocal de la Junta Directiva de la Asociación de Jóvenes empresarios de Canarias (AJE Canarias)
Cuando empezó la burbuja de publicaciones jurídicas en internet, colaboré de numeras publicaciones en revistas jurídicas digitales especializadas y webs, como www.notariosyregistradores.com, www.noticiasjuridicas.com, www.cajasietecontunegocio.com , www.legaltoday.com, www.lawyerpress.com, o www.lexnews.com, www.lawandtrends.com, entre otras.
Luego, empecé mis clases de golf.
Quizás el azar me ha llevado vía twitter a leerte hoy y quiero transmitirte mi empatía sin esfuerzo en ese día a día, pero sobre todo mi ánimo a continuar procurando darlo todo por el cliente/asunto, y desde el enfoque más trabajado en el interior de: ni siquiera esperar una respuesta satisfactoria, porque no haga falta.
Personalmente creo que el único error es considerar la implicación y empatía un plus, un don personal que profesionales que trabajamos con personas, a los que clientes/pacientes acuden para minimizar o solucionar un problema pueden tener o no. Debería ser una exigencia de trabajo interior desde la educación primaria para todos y, muy técnicamente desarrollada en la carrera, hasta el punto de que incluso tuviéramos que jurar esa implicación y empatía demostrada y puesta en práctica.
Mientras esto no sea una exigencia, quienes lo vivimos así sencillamente no seremos ni mejores ni peores abogados, pero seguro que no seremos abogados «felices como lombrices» que pueden, por ejemplo, dormir tranquilos con un pleito penal iniciado por orgullo y sin pruebas, sostenido durante siete años de inacción pesando continuamente sobre la vida del acusado, por otra parte sumido en la más absoluta desinformación, apostando por el «no tan malo» de los resultados en lugar de «por el mejor posible» en virtud de las pruebas, no solicitando aclaración a un error cuantitativo del fiscal en la acusación bastando un simple «hombre, es un error tan evidente que se subsanará de oficio», pero que sin embargo sustenta una diligencia de embargo en base a esa errónea cuantía; y/o quedando con su cliente media hora antes del esperado juicio para, en realidad, no informarle de lo que va a suceder, limitándose después a considerar como extraordinario trofeo haber conseguido una «pena mínima» «no pasa nada con tener antecedentes, nadie los mira».
Cada vez que vivo algún caso similar me descompongo hasta renegar de nuestra profesión.
Gracias a que de vez en cuando encuentro compañeros que, como tú, manifiestan ese plus, consigo creer que sí podemos hacer un buen trabajo.
Nunca dejemos esa implicación, aunque agote y no haga depender el resultado. O si…
Agota. Sin embargo, merece la pena.
Un abrazo.
Estimada Susana.
Agradezco tus sinceras palabras. La empatía es un plus, no te queda la menor duda.
Quizás el problema sea que la empatía debería ser limitada porque podríamos entrar en la amistad profunda y perder la perspectiva profesional.
Lamentablemente, no podemos dar a un botón y limitar nuestras sensaciones y sentimientos con el cliente pero tenemos que controlarlos para realizar nuestra labor con rigor y profesionalidad.
Un abrazo.