El post de hoy no va sobre abogados ni clientes.

El post de hoy va sobre las dificultades de algunos compañeros para «ir tirando».

En estos momentos estoy en una juzgado X, extrapolable a cualquier juzgado de España o cualquier colegio de abogados.

Muchos compañeros han tenido que hacer encaje de bolillos y ahora se ven libros en las casas y los despachos, ordenadores y bases de datos en el colegio.  Veo como se atienden a los clientes de modo continuo en dichas salas.

Lo que, en mi particular opinión, no se está comunicando al administrado (o justiciable), como ustedes prefieran, es que el sector de la abogacía, los que somos normales, los que no ganamos 300.000 o 400.000 € de media sin bajarnos del coche, lo está pasando mal, muy mal.

La reflexión es que no se está sabiendo explicar al ciudadano que las tasas nos afectan a nosotros,  pero también a ellos. Los recortes en justicia gratuita nos afectan a nosotros, pero mucho más a ellos.

Como conclusión, entiendo que  los que mandan deben estudiar ampliar canales y lineas de comunicación que puedan llegar al ciudadano y explicar que nuestras protestas son por nosotros pero también por ellos; porque sino acabaremos todos en las salas del colegio de abogados atendiendo al cliente porque no tendremos otro lugar donde cobijarnos… si los colegios profesionales aguantan (pero esa es una historia que abordaremos otro día)

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