El 7 de enero de este año escribí un post sobre la gestión de despachos. Para matizar, son despachos pequeños. Mi despacho es pequeño así que es ilógico que hable de un despacho de 50 abogados.
En fin, voy a contar como lo llevo: regular.
En primer lugar, anotar las horas. La parte formal la tengo muy bien. Una tabla de excel con cliente/asunto, día y horas empleadas.
La parte material no me va tan bien. Cuando estoy trabajando en el despacho lo tengo controlado. Tengo mi reloj en el ordenador y me organizo muy bien, acabo y anoto mi tiempo de trabajo.
El problema son las salidas y las reuniones que no recuerdo calcular el tiempo ni apuntarlo. Esta semana he estado dos días y medio sin aparecer por el despacho: Juzgado por las mañanas, reuniones por las tardes y repaso de temas con el portátil en casa por la noche. Las horas del juzgado son fáciles, las de las reuniones más o menos pero, ¿los desplazamientos?
Tengo el despacho alejado de la zona de confort de mis clientes -mal posicionamiento- pero es un sitio tranquilo y en donde me gusta vivir y trabajar -bien, salud para mi- El problema es que si realizo un estudio objetivo de mi eficiencia pierdo mucho tiempo en desplazamientos (pero suelo aprovechar para llamar por teléfono en el coche); sin embargo, me olvido de anotarlo en mi tabla. Mal, muy mal.
En fin, de momento mis propósitos se van cumpliendo. Estoy adaptándome a la gestión interna por horas para calcular mi rentabilidad real y mi eficiencia, solamente me queda ordenar y anotar correctamente los desplazamientos para tener un cálculo aproximado.
Este tipo de gestión interna es difícil. Exige una regularidad, como en la Liga de Fútbol. No sirve empezar bien ganando todos los partidos si no hay regularidad.