Este es el primer post de una serie de ellos en los que intentaré plasmar lo que para mi pueden ser futuros cambios en la práctica de la abogacía a nivel gestión de despacho con el fin de facilitar la eficiencia del abogado. Los post están escritos desde la percepción subjetiva de quién trabaja en un despacho en un pueblo alejado de la ciudad, de la capital de provincia y de la cabeza de partido judicial; pero que intenta no estar lejos de la realidad.
Los Tomos de Aranzadi no son útiles salvo para decorar. Se que todos tenéis o usáis bases de datos. Pero cada día me encuentro a más gente con la que intercambio opiniones que se queda con el CENDOJ y lo que ofrecen los colegios.
Hace poco lancé en twitter una pequeña consulta para testear qué tipo de base de datos usaba la gente, en qué se fijaba. Llamé a varias e hice la demo de ellas. La semana pasada me visitó un comercial de una no tan conocida base de datos a la vista de la consulta de twitter, pero que a mi me había gustado.
Como buen comercial de «literatura jurídica» se fijó en los libros de mi estantería, el tipo de ordenador que tengo y algún detalle más. Lo se porque me lo dijo, tampoco soy tan listo.
Lo primero que me dice -supongo que para entrar con buen pie- es que mi pequeña biblioteca le parece muy interesante. -“Está muy bien, muy completa. Es muy raro ver a alguien de esta zona ese tipo de libros. Te voy a ofrecer un producto que ya se que me lo vas a comprar”. Me calculó a golpe de vista el precio de mercado de mi humilde zona de consultas. Acertó. Yo no podría, por presupuesto y necesidad, permitirme una completa biblioteca de papel. (He estado en la sala de consulta de varios despachos de prestigio; increíble. Recuerdo uno que solamente tenía bibliografía de Derecho Laboral -ese despacho solo se dedica a laboral-; preciosa. En aquella sala tenían, según me explicó un abogado de la casa, TODOS los libros que se publicaban al año de esa rama del derecho).
Pero volvamos a mi pequeño despacho. El comercial me ofreció una biblioteca virtual integrada en una base de datos. ¡La compré!
Ahora, desde cualquier conexión a internet, tengo una biblioteca completa, doctrina, jurisprudencia, formularios actualizados, normas actualizadas, temas, esquemas procesales, gestión de expedientes, noticias, etc. Es decir, tengo, a golpe de click, toda la información que necesito para realizar con un mínimo de precisión mi trabajo.
Las normas, los cambios de interpretación de las leyes por los órganos jurisdiccionales del estado, la doctrina, la necesidad de apoyarte en formularios actualizados cuando en un año hay tres modificaciones legales. HOY EN DÍA UNA BUENA BASE DE DATOS CON BIBLIOTECA VIRTUAL ES LA MEJOR INVERSIÓN QUE SE PUEDE HACER porque nos permitirá abaratar costes en compra de libros y/o tiempo de desplazamientos a las bibliotecas de nuestros colegios profesionales.
Se que muchos compañeros os apoyáis en el CENDOJ, otros no os gustan los formularios, hay webs que tienen todas las normas actualizadas diarias, webs con formularios, las bases de los colegios, etc. Pero la eficiencia de una buena base de datos os permitirá rendir más, ser más eficientes y no desplazaros a las biblios de vuestro colegio.
La eficiencia es tiempo, el tiempo es calidad de vida y los desplazamientos consumen mucho tiempo.