LA UBERIZACIÓN DE LA ABOGACÍA.
Rompo el silencio de agosto para escribir estas breves líneas porque es un tema que me genera mucho interés.
Hace unos días un comercial me llamó para abrirme una cuenta en una web de abogados. Yo dije si. Vamos a ver qué es.
Hoy he tenido unos minutos de paz personal y me gustaría poner mis ideas negro sobre blanco porque tengo sentimientos encontrados.
1.- Preliminar.
Para aquellos que llegáis por el azar del destino de los algoritmos a este blog, debo advertir que es un blog de corta y pega de sentencias. Sin otra aspiración que guardar en mi archivo sentencias que me generan interés.
Sin perjuicio de lo expuesto, llevo en redes sociales, tuiter, como abogado activo, antes más que ahora. NOTA: (tuiter ya casi no tiene sentido para tratar temas serios o debates de una mínima actividad intelectual. Para mi se ha convertido en un flujo de noticias. Ahora de vez en cuando encuentras perfiles que generan interés –incluido el mío que es un perfil bastante basura en esas cosas y seguro que mucha gente no me ha dado unfollow por pena, añoranza de tiempos pasados o porque me ha silenciado y no sabe que existo-)
En fin, que llevo desde 2010 y he vivido durante estos ya 8 años la evolución de estas cosas.
He tenido el privilegio de conocer personas que creo que puedo llamar amigos y que he podido entrar en sus vidas (conociéndolos en persona, claro), donde el canal de entrada fue twitter. Creo que hoy sería inviable. Incluso gente que espero conocer.
Supongo que la sensación personal de que nos conocemos de toda la vida no solo me ha pasado a mi cuando desvirtualizamos a las personas. “Desvirtualizar”, hermoso vocablo que mi Word marca en rojo como error.
He tenido el privilegio de conocer muchos y buenos profesionales que de otro modo nunca podría; y con quienes tengo, sin llegar a lo que para mi es el profundo concepto de amistad, una excelente relación personal.
2.- Evolución.
Desde aquel twitter donde Carlos Guerrero lideraba todos los rankings, habidos y por haber, donde la gente se saludaba cordialmente; hasta hoy, donde todo el mundo se insulta, han pasado ocho años.
No voy a negar mis impulsos de cerrar la cuenta como ha hecho Jesús Alfaro pero me da pena.
En estos años he visto crear marcas paraguas de abogados que contactaban a través de twitter, una oportunidad que dieron nuevas tecnologías de crear despachos con una marca nacional, algunos con éxito otras no tanto. Yo incluso estuve en algún intento.
He visto entrevistas y análisis sobre servicios jurídicos commodity, webs que hacían nuestro trabajo estandarizado permitiendo al cliente rellenar sus datos, he visto como te recomendaban por RRSS y como clientes te llamaban porque habían leído tu blog (en esto debo reconocer relativo éxito y monetización); y, por desgracia, he visto a grandes profesionales dejando poco a poco las redes: algunos desapareciendo, otros con un perfil bajo manteniendo sus blogs profesionales causados por críticas no constructivas, descalificaciones y ataques absurdos. Al parecer, ciertos “perfiles” son poseedores del saber jurídico universal.
3.- La uberización. ¿El futuro es la uberización de un sector de la abogacía?
No tengo ni idea. Pero al igual que hoy hay gente que viaja en primera, en turista, en economy, en low cost barata o no puede viajar, entiendo razonable que un perfil de personas utilice este tipo de servicios.
Hasta ahora, las webs/app de abogados que he visto/estado tienen/tenían como concepto poner en contacto abogados con clientes.Por ese motivo, cobraban bien una suscripción al profesional, bien una comisión, o de alguna otra forma alternativa.
Hoy he descubierto otra web, otro sistema:
La web filtra el cliente, esa es su función, y el abogado PUJA por el cliente a través de unos créditos que previamente ha comprado. La plataforma no asegura el cierre del trato ni entra en pactos de honorarios. El abogado solo puja por su cliente.
Estoy seguro de que a muchísimos abogados les parecerá indignante, a otros les parecerá que se denigra la profesión.
A mi me suscita enorme interés en un momento en donde el consumidor tiene la capacidad de informarse, pedir presupuestos y de obtener información de los abogados de mil maneras distintas. Normalmente este cliente suele ser persona física que desde su casa busca información por internet.
Mi experiencia es que quien utiliza estas plataformas no suele valorar el servicio que se presta y solo busca precio (COMMODITY) por lo que hay que saber a quién te diriges o a dónde quieres llegar en tu despacho. Pero esa es otra cuestión.
En definitiva, la guerra de pujas por el cliente ha iniciado la andadura ¿durará?¿tendrá éxito?¿entraremos en esa dinámica? Yo no lo se, igual la pruebo.
Estimado colega tranquilo, que dentro de 10 años ya no estamos y sera la Inteligencia Artificial la que defienda y ponga las sentencias, a menos que venga el «JUEZ DREDD», película muy mala del año 1995 de Sylvester Stallone, y lo solucione todo. 😉
Dentro de 10 años todavía no tendré 50. Me empiezo a preocupar mucho.
JJJ, NO TE LO CREEES NI TU!!!!
Ojo, que conozco alguna de esas plataformas, y algunos compañeros la han probado y al final te quedas con la duda de si esos supuestos clientes por los que estás pujando (y pagando por tu derecho a pujar) realmente existen. Parece ser que ,casualmente SIEMPRE hay otro compañero que ha pujado mas bajo y nunca consigues un cliente.Pero eso si, la plataforma ya ha cobrado de ti .
Las pocas que probé tenían una cosa en común: el cliente tenía un concepto equivocado de honorarios. Nunca han querido pagar lo que yo pedía. Puede que mi precio fuera alto. No se. Pero nunca he obtenido negocio.
Considero que ese tipo de plataformas denigran de forma total y absoluta nuestra profesión. Al final veremos anuncios de abogados «Low Cost».
Me ha costado mucho nadar en un mar como el de la Abogacía sin contar con respaldo alguno y el día que tenga que pujar por conseguir un cliente dejaré la profesión.
Yo tendría la mente abierta. Nunca se sabe
Yo sinceramente creo que todos hemos “pujado”alguna vez por un cliente. La diferencia, radical y que marca el límite para mi, es hacerlo atraves de una plataforma sin interlocutor posible , o hacerlo cara a cara en el despacho. Y esta última “puja” creo que, quien más o quien menos, la hemos hecho alguna vez.
Yo quizás aún no tengo la visión del derecho como para pujar por un desconocido, al que no le interesa pagar y al que por ende no le interesa la profesionalidad. Pero si que puedo entrar en una puja cara a cara en la cual todos expongan sus motivos y situaciones.
Al final es hacer un presupuesto para que el cliente elija y tú estás pagando a un comercial que te trae el cliente. La diferencia puede ser entre ser un comercial a comisión que cobre aunque no tenga éxito… -una situación comisión que cobra aún sin finalización negocio- con bastantes sentencias
Creo que el abogado es mas que un experto, más o menos, en Derecho. Es quien ofrece la confianza al cliente, de solucionar su «lio»…y eso jamás se «uberizará»